Poco después de la muerte de Thérèse, sus manuscritos tomaron forma en libros, gracias al trabajo en equipo de las hermanas de Thérèse y de los Padres de la Abadía de Mondaye. Pasó rápidamente, el primero ediciones crean vínculos muy fuertes entre Thérèse y sus lectores. Vínculos fortalecidos por innumerables beneficios obtenidos por la intercesión de la monja carmelita de Lisieux. Ya en 1898, la gente no dudaba en llamarlo "santo" en el mail, primeras estimaciones populares de lo que seguirá... Este es ya el esbozo de lo que el Papa Pío XI llamará "el huracán de la gloria". Haga clic aquí para descubrir los pasos, en una cronología establecida por Antoinette Guise.