Carmel
la correspondencia de teresa LT 070 – A la Madre Saint-Placide – principios de diciembre de 1888

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
Madre de San Placide

01/12/1888

A principios de diciembre 1888
JMJT
Jesús en el Carmelo Diciembre 88
Mi querida señora,

Estoy muy conmovido por su amable invitación. Con gusto recibí la querida circular de los hijos de María. Ciertamente no dejaré de asistir con mi corazón a esta hermosa fiesta, porque no fue en esta bendita capilla donde la Santísima Virgen tuvo la bondad de adoptarme para su hijo el hermoso día de mi Primera Comunión y el de mi recepción. en la Congregación de los Hijos de María. No podía olvidar, mi querida Maestra, cuán buena me fuisteis en estas grandes épocas de mi vida, y no puedo dudar que la señal de gracia de mi vocación religiosa echó su semilla en este feliz día en que me rodeé de mi buena Maestras, me consagré a María al pie de su altar, eligiéndola especialmente para mi Madre, cuando por la mañana había recibido a Jesús por primera vez. Me gusta creer que no miró entonces mi indignidad ni a las queridas Maestras que con tanto esmero habían preparado mi corazón para recibir allí a su divino hijo; Me gusta creer que por eso quiso hacerme más perfectamente hijo suyo, dándome la gran gracia de llevarme al Carmelo.
Creo, mi querida Maestra, que ha sido informada de la enfermedad de mi amado Padre; Temí por algunos días que el buen Dios me lo arrebatara de mi ternura, pero Jesús se dignó a hacerme la gracia de restituirlo para el tiempo de mi toma del hábito; Contaba con escribirte todos los días para informarte de mi recibimiento en el capítulo, pero sin saber el momento que Monseñor quisiera fijar, seguía esperando. Espero, mi querida señora, que no haya tomado por indiferencia esta demora, ¡oh! no, mi corazón sigue siendo el mismo, creo que desde mi entrada en el Carmelo se ha vuelto aún más tierno y más amoroso; también pienso a menudo en todas mis buenas Maestras y me gusta nombrarlas en particular a Jesús durante las horas benditas que paso a sus pies. Me atrevo a pediros, mi querida Maestra, que tengáis la bondad de ser mi intérprete con ellos para traerme a su memoria religiosa, en particular a la de la señora Priora, a quien guardo el afecto más filial y agradecido. Por favor, también, no me olvides con mis felices compañeros, de los cuales sigo siendo siempre la hermana pequeña en María.
Adiós, mi querida Maestra, espero que no olvides en tus santas oraciones al que es y será siempre tu agradecido hijo.

Sor Teresa del Niño Jesús post.carm.ind.

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