JMJT
Jesús Carmelo el 23 de agosto del 88.
6 hM
Mi querida tía,
Supimos anoche de la muerte de este buen señor David, aunque en todo momento esperábamos recibir la triste noticia, cuando supe la realidad me conmovió mucho, pido a Dios que se lleve esta alma tan santa a su Paraíso, quizás ella ya está allí, porque con arreglos tan perfectos uno puede ir directo al Cielo.
Pido al buen Dios que derrame consuelo en tu alma, mi querida tía, ya ha sido muy bueno en conceder todas las oraciones que has hecho para darle el alma de tu querido pariente, si desde el fondo de su soledad tu hijita podría esperar haber tenido una pequeña parte en ella, sería muy feliz.
Encuentro, mi querida tía, que en estos momentos de gran tristeza, necesitamos mirar al Cielo, en lugar de llorar, todos están felices porque Nuestro Señor tiene un elegido más, un nuevo sol ilumina a los ángeles del Cielo, todos están en el éxtasis del éxtasis divino, se sorprenden de que podamos llamar a la muerte el comienzo de la vida. Para ellos estamos en una tumba angosta, y su alma puede ser transportada, al final de playas etéreas, de horizontes infinitos... Mi querida tía, cuando miramos la muerte del justo, no podemos evitar envidiar su destino. Para él ya no existe el tiempo del exilio, sólo existe Dios, nada más que Dios.
Oh ! mi tía, cuánto tendría que decirte tu hijita, su corazón piensa tanto en ello; esta mañana ella está completamente perdida en la inmensa melancolía de la muerte de los santos, pero no tengo tiempo para terminar mi borrador, tengo que parar porque la campana me acaba de decir que es hora de que termine. Ofrezco este pequeño sacrificio a Jesús para que con su dulce manita se digne consolaros.
Tu pequeña que se preocupa por ti y sus queridas hermanitas.
Teresa del Niño Jesús pcind.
