3-8 (?) de diciembre de 1887
Mi señor,
Vengo a pedirle a Vuestra Alteza, que tenga la amabilidad de darme la respuesta que tanto he anhelado.
Monseñor, todo lo espero de vuestra paternal bondad; sí, creo que es a través de vosotros que Jesús querrá cumplir su promesa.
¡Oh monseñor! se dice que las pruebas son un signo de vocación; sí de verdad, sabes que el buen Dios no me los perdonó, pero sentí que sufría por Jesús, y no dejé de esperar ni un momento. El Niño Jesús me hizo sentir con tanta fuerza que me deseaba en Navidad que no puedo resistirme a la gracia que me otorga. Es verdad que soy muy joven; pero, Monseñor, ya que el buen Dios me llama y Papá está dispuesto.
Espero que el Abbé Révérony haya tenido la amabilidad de hablar a Vuestra Alteza de mí; me lo había prometido durante el viaje a Roma. Nunca olvidaré su amabilidad conmigo.
¡Oh monseñor! Se acerca la Navidad, pero espero su respuesta con mucha confianza. Nunca olvidaré que es a Tu Grandeza a quien debo el cumplimiento de la voluntad de Dios.
Por favor bendiga a su hijo, Monseñor.
Soy la hijita más agradecida de Su Alteza,
teresa martin
