Noviembre 6 1887
París. Hotel en Mulhouse
Mis queridas hermanitas,
Céline no quería que te escribiera ayer, pero no quiero que recibas una carta de ella sin una palabra de tu pequeña Thérésita. Veo que escribo como un verdadero gatito pero espero que no te moleste porque estoy muy cansada; todo gira a mi alrededor. Mañana ya no estaremos en Francia. No puedo creer todo lo que veo, vimos algunas cosas muy hermosas en París, pero todo eso no es felicidad. Céline te contará, si quiere, las maravillas de París, para mí solo te diré que pienso muy a menudo en ti, las cosas bellas de París no cautivan mi corazón para nada.
Soy un poco como mi querida madrina, siempre tengo miedo de que me atropellen, cada momento me encuentro rodeada de autos. Oh ! Mis queridas hermanitas, todas las cosas hermosas que veo no me dan felicidad, solo la tendré cuando esté donde ustedes ya están...
Fui muy feliz en Notre-Dame-des-Victoires, recé mucho por ti y por mi querida Madre.
Me gustaría escribirle a mis primitos pero eso será para otro momento porque le voy a escribir de nuevo a Léonie. Pobre Léonie, ¿qué ha sido de ella?... Diles que pienso mucho en ellas. Pedí gracia para Jeanne en el Sacré-Coeur de Montmartre. Creo que ella lo entenderá. Tampoco te olvides de mi buen tío y mi querida tía. Adiós mi QUERIDA MADRINA y mi pequeña Confidente CHERIE, ruega por tu pequeña Thérésita.
Espero que pienses que escribí mi carta por la noche y muy cansada, de lo contrario, realmente no me atrevería a enviártela.
Beso para mí mi querida Madre
