Carmel
la correspondencia de teresa LT 027 – A sor Inés de Jesús – 8 de octubre de 1887

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTÍN Paulina, Madre Inés de Jesús

08/10/1887

Samedi octobre 8 87

            Mi querida hermanita,

            Desde el miércoles, he estado buscando una oportunidad para hablar con mi tío; esta mañana se presentó. Mi tío era muy bueno; Temía que como era sábado no estaría contento porque ese día tiene prisa, al contrario, en cuanto le pedí que viniera salió de su lectura con aire ansioso.
            Me dijo que desde hace tiempo sospechaba que yo tenía algo que decirle; luego me dio un sermón muy AFECTIVO que yo esperaba; me dijo que estaba muy seguro de mi vocación, que no era eso lo que le impediría dejarme ir, sólo el mundo, creo, es un obstáculo. Sería un verdadero escándalo público ver entrar a un niño en el Carmelo, yo sería el único en toda Francia, etc... Sin embargo, si el Buen Dios lo quiere, puede mostrarlo; mientras tanto mi tío me dijo que según las reglas de la sabiduría humana, no debo pensar en entrar antes de los diecisiete o dieciocho años, aún será muy temprano.
            Mi tío me contó muchas más cosas como esta, pero sería demasiado largo contártelas a ti. Como puedes imaginar, no mencioné ninguna fecha. Mi querida Pauline, todavía estoy muy feliz de que mi tío no encuentre otro obstáculo que el mundo, creo que el buen Dios no se perderá para mostrarle a mi tío, cuando quiera, que es el mundo el que le impedirá llevándome al Carmelo. Sabes, mi querida hermanita, mi tío me dijo muchas otras cosas muy lindas pero yo solo te cuento los obstáculos que encontró. Afortunadamente, para el Buen Dios estos obstáculos no lo son.
            Oh ! Mi querida Paulina, no puedo decirte hoy todas las cosas que llenan mi corazón, no puedo recoger todas mis ideas. A pesar de todo me siento lleno de valor, estoy bastante seguro de que el Buen Dios no me va a abandonar. Ahora, como me dijo mi tío, comenzará mi tiempo de prueba, ¡ay! ruega por mí, ruega por tu Theresita, sabes cuánto te quiere, eres su confidente. Realmente necesito verte, pero aún es un sacrificio para Jesús, ¡oh! No quiero negarle nada, incluso cuando me siento triste y solo en la tierra, él me sigue siendo, y no decía santa Teresita: solo Dios basta...
            Perdóname, mi querida Pauline, por enviarte esta carta o más bien este borrador donde las ideas ni siquiera se suceden, no sé si podrás leerlo, está tan mal escrito, pero mi El corazón tenía tantas cosas que decir que mi pluma no podía seguirlo. Dile a mi querida madrina que pienso mucho en ella durante su retiro, pídele que no se olvide de su ahijada.
            Hasta pronto, mi querida hermana, una vez más, no te enojes demasiado conmigo por enviarte esta carta, pero no tengo el coraje de comenzarla de nuevo.

tu pequeña teresita

            Te envío tu pequeño portalápices.
            Dile a mi querida Madre que su Theresitha la ama con todo su corazón.

Volver a la lista