Carmel
la correspondencia de teresa LT 258 – Al Abbé Bellière – 18 de julio de 1897

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
BELLIERE Maurice-Marie-Louis Padre

18/07/1897

JMJT
18 Julio 1897
Jesús
Mi pobre y querido hermanito,

Tu dolor me conmueve profundamente, pero mira lo bueno que es Jesús, me permite volver a escribirte para tratar de consolarte y probablemente no sea la última vez. Este dulce Salvador escucha vuestras quejas y vuestras oraciones, por eso aún me deja en la tierra. No creas que estoy angustiado por ello, ¡oh! no, mi querido hermanito, al contrario, porque veo en este comportamiento de Jesús cuánto te ama!...
Sin duda me expliqué muy mal en mi última notita ya que me dices, mi querido hermanito, "que no te pida este gozo que siento al acercarse la felicidad". ¡Ay! si por unos instantes pudieras leer mi alma, ¡cuánto te sorprenderías! El pensamiento de la felicidad celestial no solo no me produce alegría, sino que a veces me pregunto cómo será posible para mí ser feliz sin sufrir. Jesús, sin duda, cambiará mi naturaleza, de lo contrario me arrepentiría del sufrimiento y del valle de las lágrimas. Jamás le pedí al buen Dios morir joven, eso me hubiera parecido cobarde, pero Él desde mi niñez se dignó darme la íntima persuasión de que mi camino aquí abajo sería corto. Por lo tanto, es el pensamiento mismo de cumplir la voluntad del Señor lo que hace que todo mi gozo.
¡Oh hermanito mío, cómo quisiera derramar el bálsamo del consuelo en tu corazón! Sólo puedo tomar prestadas las palabras de Jesús en la última cena, Él no puede ofenderse por ellas ya que yo soy su pequeña esposa y, en consecuencia, sus posesiones son mías. Por eso os digo, como él a los que están cerca de él: "Voy a mi Padre, pero porque os he hablado de esta manera, vuestro corazón está lleno de tristeza, pero os digo la verdad: él es de tu interés que me vaya. Estás triste ahora, pero te volveré a ver, y tu corazón estará feliz y nadie te quitará esa alegría. »
Sí, estoy seguro, después de mi entrada en la vida, la tristeza de mi querido hermanito se transformará en una alegría pacífica que ninguna criatura podrá arrebatarle. Lo siento, debemos ir al Cielo por el mismo camino, el del sufrimiento unido al amor. Cuando esté en puerto te enseñaré, querido hermanito de mi alma, cómo tendrás que navegar los mares tempestuosos del mundo con el abandono y el amor de un niño que sabe que su Padre lo ama y no puede dejarlo. .solo en la hora del peligro. ¡Ay! que quisiera que comprendieses la ternura del Corazón de Jesús, lo que Él espera de ti. En tu carta del 14 hiciste temblar dulcemente mi corazón, comprendí más que nunca hasta qué punto tu alma es hermana de la mía, ya que está llamada a subir hacia Dios por el ascensor del amor y no a subir la empinada escalera del miedo. .. No me sorprende en modo alguno que la práctica de la familiaridad con Jesús os parezca un poco difícil de realizar; no podemos llegar en un día, pero estoy seguro, os ayudaré mucho más a andar por este delicioso camino cuando sea librado de mi envoltorio mortal, y pronto diréis como san Agustín: "El amor es el peso que me tira hacia abajo".
Quisiera tratar de hacerles comprender con una comparación muy sencilla cuánto ama Jesús incluso a las almas imperfectas que se encomiendan a Él: Supongo que un padre tiene dos hijos traviesos y desobedientes, y que al venir a castigarlos ve a uno que tiembla. y se aleja de él aterrorizado, pero teniendo en su corazón el sentimiento de que merece ser castigado; y que su hermano, por el contrario, se arroja a los brazos del padre diciendo que se arrepiente de haberlo lastimado, que lo ama y que, para demostrarlo, será bueno de ahora en adelante, entonces este niño le pide a su padre que lo castigue. con un beso, no creo que el corazón del padre feliz pueda resistir la confianza filial de su hijo cuya sinceridad y amor conoce. Él no ignora, sin embargo, que su hijo volverá a caer en las mismas faltas más de una vez, pero está dispuesto a perdonarlo siempre, si su hijo todavía lo toma por el corazón... No te digo nada sobre el primer hijo, mi querido hermanito, debes comprender si su padre puede amarlo tanto y tratarlo con la misma indulgencia que al otro...
Pero, ¿por qué hablarte de la vida de confianza y amor? Me explico tan mal que tengo que esperar a que el Cielo te hable de esta vida feliz. Lo que quería hacer hoy era consolarte. ¡Ay! ¡Qué feliz sería si acogierais mi muerte como la Madre Inés de Jesús! Probablemente no sepas que ella es dos veces mi hermana y que fue ella quien me sirvió de madre en mi infancia, nuestra buena Madre tenía mucho miedo de que su naturaleza sensible y su gran cariño hacia mí le hicieran muy amarga mi partida. sucedió lo contrario; habla de mi muerte como de una fiesta y es para mí un gran consuelo; Te suplico, mi querido hermanito, trata como ella de persuadirte de que en vez de perderme me encontrarás, y que nunca más te dejaré. Pidan la misma gracia para la Madre que ustedes aman ya quien Yo amo aún más que ustedes la aman ya que ella es mi Jesús visible. Con mucho gusto te daría lo que pides si no hubiera hecho voto de pobreza, pero por él no puedo ni siquiera tener una imagen, sólo nuestra Madre puede satisfacerte y sé que 'satisfacerá tus deseos'. Precisamente, ante la proximidad de mi muerte, una hermana me fotografió para la fiesta de nuestra Madre. Los novicios gritaron al verme que había tomado mi aire fresco, parece que suelo estar más sonriente, pero créete, hermanito, que si mi fotografía no te sonríe, mi alma no dejará de sonreírte. usted cuando ella estará cerca de usted. A Dios mi querido y muy amado hermano, cree que seré tu verdadera hermanita toda la eternidad.

Th. del Niño Jesús gracias

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