En Les Buissonnets. 14 de julio de 1887
Mi linda pequeña Marie,
Acabo de recibir tu querida carta, todavía me río pensando en todo lo que me cuentas. Vamos, feo Feo, primero debes empezar por regañarte: ¿por qué le volviste a llevar la cara al escultor? ¡lo arregló muy bien!... Me apené cuando supe que tus feas mejillas habían vuelto a tomar la forma de un globo; sin embargo, la experiencia debería haberte corregido, me pareció que ya habías tenido suficiente de la primera vez.
Me alegro mucho de que mi buena tía esté mejor; Quedé consternado cuando supe que no se encontraba bien; verdaderamente el buen Dios os envía muchas pruebas este año.
Esta semana tampoco es muy alegre en Les Buissonnets; es lo último que nuestra querida Léonie pasa con nosotros; los días pasan muy rápido, ella solo tiene dos días más para estar con nosotros.
Pero de todos modos, qué quieres, mi pobre querida, mi dolor se mezcla con una cierta alegría, estoy feliz de ver finalmente a mi querida Léonie en su centro; sí creo que sólo allí será feliz, en la Visitación encontrará todo lo que le falta en el mundo.
Céline está de luto por sus dos pequeños cordons bleus, el macho fue a reunirse con su compañera a la mañana siguiente, ahora sus restos mortales están en la taxidermia. Espero, querida mía, que el final de tu estancia en Trouville sea más alegre que el principio, espero que el buen Dios que tanto te ha probado te dé ahora mucho placer.
Céline lamenta no poder escribirle a Jeanne, pero tiene tanta prisa por todos los asuntos de Léonie que le resulta imposible. Dile a Jeanne que no puede creer lo conmovida que estaba Léonie por su carta y por la tuya. Besa a Jeanne muy fuerte para mí. Dile a mi tía cuánto la amo y guarda gran parte de mis besos para ti. (Me enteré de la carta de Carmel, parece que fue muy divertida). Papá te envía saludos, especialmente a su querida ahijada.
Teresa
