JMJT
Jesús 6 de junio de 1897
Mi querida hermanita, tu linda carta me alegra el alma, veo claramente que no me equivoqué al pensar que el Buen Dios te llama a ser una gran santa permaneciendo pequeña y haciéndolo cada día más, comprendo muy bien tu dolor de no poder hablarme más, pero ten por seguro que yo también sufro de mi impotencia y que nunca me he sentido tan bien que ocupas un lugar inmenso en mi corazón!...
Una cosa que me agrada es ver que la tristeza no te vuelve melancólica, no pude evitar reírme al leer el final de tu carta, ¡ah! ¿Es así como te burlas de mí? y quien te hablo de mis escritos, a que folios te refieres? Veo que alegas lo falso para saber lo verdadero, ¡bien! lo sabrás un día, si no es en la tierra será en el Cielo, pero claro eso no te preocupará mucho, tendremos otra cosa en que pensar entonces...
¿Quieres saber si tengo alegría de ir al Cielo? Tendría mucho si fuera allí, pero... No cuento con la enfermedad, es un conductor demasiado lento. Sólo cuento con el amor, pido al Buen Jesús que todas las oraciones que se hagan por mí sirvan para aumentar el Fuego que me debe consumir...
No creo que puedas leer, garceta gay, pero solo tuve unos minutos.
