(Aquí, velero
dibujado a pluma)
Mi querida pequeña Jeanne,
Al no tener al artista Darel para dibujarme un bote y, sin embargo, querer poner uno en la parte superior de mi carta, tuve que comenzar a garabatear uno yo mismo. Vengo, mi querida Jeanne, a aburrirte por unos momentos, espero que tu dolor de cabeza haya pasado por completo; ahora que la gran inglesa se ha ido, estarás menos atormentado y, por supuesto, todos estarán mucho mejor.
Creo que estás muy feliz de no escuchar más mis sermones sobre la muerte, de no ver más mis ojos que te fascinan y de no dejarte empujar por ir a las damas Paloma...
Tengo que anunciar la muerte de ocho de mis queridos gusanos de seda, solo me quedan cuatro; Céline les prodigó tantos cuidados que consiguió que casi todos murieran de pena o de apoplejía repentina; Tengo mucho miedo de que los cuatro restantes hayan contraído el germen de la enfermedad de sus hermanos y los estén siguiendo al reino de los topos.
Me parece muy divertido encontrarme en Les Buissonnets, esta mañana me sorprendió bastante verme al lado de Céline. Hablamos con papá sobre la amable oferta que nos había hecho mi buena tía, pero es absolutamente imposible porque papá se va el miércoles y esta vez se quedará muy poco en Alencon.
Adiós, mi querida Jeanne, todavía te amo con todo mi corazón.
teresa em
