23 mayo 1897
JMJT
Me temo que le he hecho daño a mi Madrecita... ¡Ah! Yo que quisiera ser su pequeña alegría, siento que soy por el contrario su pequeño dolor...
Si pero ! cuando esté lejos de esta triste tierra donde las flores se marchitan, donde vuelan los pájaros, estaré muy cerca de mi querida Madre, del Ángel que Jesús ha enviado delante de mí para prepararme el camino, el camino que conduce a cielo, el ascensor que debía elevarme sin fatiga a las infinitas regiones del amor... es mi pequeña Madre que subirá donde yo estaré... ¡Oh! si supiera expresar lo que pienso como ella, si supiera decirle cuánto mi corazón rebosa de gratitud y amor por ella, creo que ya sería su pequeña alegría aun antes de estar lejos de la triste tierra.
Mamita querida, el bien que has hecho por mi alma, lo has hecho por Jesús porque Él dijo: Lo que harás a los más pequeños de los míos, a mí me lo harás, lo habrás hecho... Y es ¡Yo que soy el más pequeño!...
