Carmel
la correspondencia de teresa LT 220 – Al Abbé Bellière – 24 de febrero de 1897

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
BELLIERE Maurice-Marie-Louis Padre

24/02/1897

(Carmelo de Lisieux) JMJT 
Miércoles por la tarde - 24 de febrero de 1897 
Jesús 
El reverendo,

Antes de entrar en el silencio de la santa cuarentena, quisiera añadir una breve nota a la carta de Nuestra Venerable Madre, para agradecerte la que me enviaste el mes pasado.
Si te consuela pensar que en el Carmelo una hermana reza incesantemente por ti, mi gratitud no es menor que la tuya hacia Nuestro Señor que me ha dado un hermanito que quiere que sea su Sacerdote y su Apóstol... En verdad tú Sólo en el cielo sabré lo querido que eres para mí. Siento que nuestras almas están hechas para entenderse, vuestra prosa que decís: “tosca y corta” me revela que Jesús ha puesto en vuestro corazón aspiraciones que Él sólo da a las almas llamadas a la más alta santidad. Ya que Él mismo me eligió para ser tu hermana, espero que no mire mi debilidad o más bien que use esta misma debilidad para hacer su obra; porque al Dios Fuerte le gusta mostrar su poder sin usar nada.- Unidas en El, nuestras almas podrán salvar a muchas otras porque este manso Jesús dijo: "Si dos de ustedes se ponen de acuerdo, pidan algo a mi Padre, será se les conceda.” ¡Ay! lo que le pedimos es trabajar para su gloria, amarlo y hacerlo amar... ¿Cómo no ser bendecida nuestra unión y nuestra oración?
Padre, como el cántico de amor le dio gusto, la Buena Madre me dijo que le copiara varios más, pero no los recibirá hasta dentro de unas semanas, porque tengo pocos momentos libres, incluso los domingos por mi trabajo de sacristán. . Estos pobres poemas te revelarán no lo que soy, sino lo que me gustaría y debería ser... Al componerlos me fijé más en el fondo que en la forma, además no siempre se respetan las reglas del verso, mi objetivo era traducir mis sentimientos (o más bien los sentimientos de la carmelita) para responder a los deseos de mis hermanas. Estos versos son más adecuados para una monja que para un seminarista, pero espero que te gusten. ¿No es vuestra alma la novia del Divino Cordero y no se convertirá pronto en su novia, en el bendito día de vuestra ordenación al Subdiaconado?
Doy gracias, Padre, por haberme elegido como madrina del primer niño que tendrá la alegría de bautizar, por lo tanto, me toca a mí elegir los nombres de mi futuro ahijado; Quiero darle como protectores a la Santísima Virgen, a San José ya San Mauricio, patrón de mi querido hermanito. Sin duda este niño existe todavía sólo en el pensamiento del Buen Dios, pero ya estoy orando por él y cumpliendo con mis deberes de madrina de antemano. Ruego también por todas las almas que se os encomiendan y sobre todo ruego a Jesús que embellezca la vuestra con todas las virtudes y especialmente con su amor. Me dices que muy a menudo rezas también por tu hermana; ya que tienes esta caridad, sería muy feliz si todos los días te comprometieras a decir por ella esta oración que contiene todos sus deseos: "Padre misericordioso, en el nombre de nuestro Dulce Jesús, de la Virgen María y de los Santos, te Te pido que enciendas a mi hermana con tu Espíritu de Amor y le concedas la gracia de hacerte amar mucho”. Me prometiste orar por mí toda tu vida, sin duda será más larga que la mía y no te está permitido cantar como yo: “¡Ojalá mi destierro sea breve!... pero tampoco te está permitido olvidar tu promesa . Si el Señor me lleva pronto con Él, os pido que continuéis todos los días con la misma oracioncita, porque yo quisiera en el Cielo lo mismo que en la tierra: amar a Jesús y hacerlo amar.
Padre, debes encontrarme muy extraño, tal vez te arrepientas de tener una hermana que parece querer irse a disfrutar del descanso eterno y dejarte trabajar solo... pero no te preocupes, lo único que quiero, es la voluntad. del Buen Dios, y reconozco que si en el Cielo ya no pudiera trabajar para su gloria, preferiría el destierro a mi patria.
No sé el futuro, pero si Jesús cumple mis presentimientos, prometo seguir siendo tu hermanita allá arriba. Nuestra unión lejos de romperse se hará más íntima, entonces ya no habrá más vallas, ni más portones y mi alma podrá volar contigo en lejanas misiones. Nuestros roles seguirán siendo los mismos, a ustedes los brazos apostólicos, a mí la oración y el amor...
Señor l'Abbé, me doy cuenta de que me olvido de mí mismo, es tarde, dentro de unos minutos sonará el oficio divino y, sin embargo, todavía tengo una petición que hacerle fechas memorables en su vida para poder unirme a usted. una forma muy especial de agradecer a Nuestro Dulce Salvador las gracias que os ha concedido.
En el Sagrado Corazón de Jesús-Hostia que pronto será expuesto a nuestra adoración, estoy feliz de decirme para siempre:
 Tu pequeña e indigna Hermana Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz rel.carm.ind.

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