Carmel
la correspondencia de teresa LT 197 – A sor María del Sagrado Corazón – 17 de septiembre de 1896

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTIN Marie, Sor María del Sagrado Corazón

17/09/1896

JMJT

Jesús

17 September 1896.

                Mi querida Hermana, no me avergüenzo de responderte... ¿Cómo puedes preguntarme si es posible que ames al Buen Dios como yo lo amo?...
                Si hubieras entendido la historia de mi pajarito, no me harías esta pregunta. Mis deseos de martirio no son nada, no son lo que me da la confianza ilimitada que siento en mi corazón. Son, a decir verdad, las riquezas espirituales las que hacen a uno injusto, cuando se reposa en ellas con complacencia y cree que son algo grande... Estos deseos son un consuelo, que Jesús concede a veces a almas débiles como la mía (y estas almas son muchas) pero cuando no da este consuelo es una gracia de privilegio, acordaos de estas palabras del Padre: “Los mártires sufrieron con alegría y el Rey de los Mártires sufrió con tristeza”. Sí, Jesús dijo: "Padre, aparta de mí este cáliz". Señor cariño, ¿cómo puedes decir después de eso que mis deseos son la marca de mi amor?... ¡Ah! Siento que no es nada lo que agrada al Buen Dios en mi pequeña alma, lo que le agrada es verme amar mi pequeñez y mi pobreza, es la esperanza ciega que tengo en su misericordia... Esta es mi solo tesoro. MADRINA querida, ¿por qué este tesoro no ha de ser tuyo?...
                ¿No estás listo para sufrir lo que Dios quiera? Yo sé muy bien que sí, entonces, si deseáis sentir alegría, tener atracción por el sufrimiento, es vuestro consuelo lo que buscáis, ya que cuando se ama una cosa, el dolor desaparece. Os aseguro que si fuéramos juntos al martirio en las disposiciones en que estamos, mucho mérito tendríais vosotros y yo no tendría ninguno, a menos que a Jesús le agradara cambiar mis disposiciones.
                Oh mi querida Hermana, por favor comprende tu hijita, comprende que para amar a Jesús, para ser su víctima de amor, cuanto más débil se es, sin deseos ni virtudes, más apto se es para las operaciones de este consumir y transformar... El mero deseo de ser víctima es suficiente, pero hay que aceptar quedarse pobre y sin fuerzas y eso es lo difícil porque “El verdaderamente pobre de espíritu, ¿dónde encontrarlo? hay que buscarlo lejos” decía el salmista... No dice que hay que buscarlo entre las grandes almas, sino “lejos”, es decir en la bajeza, en la nada... ¡Oh! así que alejémonos de todo lo que brilla, amemos nuestra pequeñez, amemos el no sentir nada, entonces seremos pobres de espíritu y Jesús vendrá a buscarnos, por más lejos que estemos nos transformará en llamas de amor... Oh ! ¡Cómo quisiera hacerte comprender lo que siento!... Es la confianza y nada más que la confianza la que nos debe llevar al Amor... ¿No lleva el miedo a la Justicia?... Ya que vemos el camino, corramos. juntos. Sí, lo siento, Jesús quiere darnos las mismas gracias, quiere darnos su Cielo gratis.
                Oh mi querida hermanita, si no me entiendes es porque tienes un alma demasiado grande... o más bien es porque me cuesta explicarme, porque estoy seguro que el Buen Dios no te daría la deseo ser POSEÍDO por Él, por su Amor Misericordioso si no te ha reservado este favor... o más bien ya te lo ha hecho, puesto que te has entregado a Él, puesto que deseas ser consumido por Él y el Buen Dios nunca da deseos que no pueda cumplir...
                Son las 9 en punto, me veo obligado a dejarte, ¡ah! Me gustaría decirte muchas cosas, pero Jesús te va a hacer sentir todo lo que no puedo escribir...
                Te amo con toda la ternura de mi pequeño corazón de niño AGRADECIDO

Teresa del Niño Jesús rel.carm.ind.

(1) A la justicia severa como se representa a los pecadores, pero no a esta Justicia que Jesús tendrá para los que le aman.

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