Carmel
la correspondencia de teresa LT 196 – A sor María del Sagrado Corazón – 13 (?) de septiembre de 1896

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTIN Marie, Sor María del Sagrado Corazón

13/07/1895

13 (?) de septiembre de 1896

JMJT

Jesús

                ¡Oh mi querida hermana! me pides que te regale un recuerdo de mi retiro, un retiro que quizás sea el último... Ya que nuestra Madre lo permite, es para mí una alegría venir a hablar contigo, que eres dos veces mi Hermana, con tú que me prestaste tu voz, prometiéndome en mi nombre que sólo quería servir a Jesús, cuando no me era posible hablar... Querida madrina, este es el niño que has ofrecido al Señor que te habla esta tarde, es ella quien os ama como un niño sabe amar a su Madre... Sólo en el Cielo conoceréis toda la gratitud que desborda de mi corazón... ¡Oh, mi querida Hermana! te gustaria saber los secretos que jesus le encomienda a tu hijita, estos secretos te los encomienda, lo se, porque eres tu quien me enseño a recoger las ensenanzas divinas, sin embargo tratare de balbucear algunas palabras, bueno que siento que es imposible que el habla humana repita cosas que el corazón humano difícilmente puede sentir...
                No creas que estoy nadando en consuelos, ¡oh no! mi consuelo es no tener ninguno en la tierra. Sin mostrarse, sin hacer oír su voz, Jesús me instruye en secreto, no es por medio de libros, pues no entiendo lo que estoy leyendo, pero a veces una palabra como esta que me arranca al final de la oración. (después de haber permanecido en el silencio y la sequedad) viene a consolarme: "Aquí está el Maestro que te doy, él te enseñará todo lo que debes hacer. Quiero que leáis en el libro de la vida, donde está contenida la ciencia del Amor.” La ciencia del Amor, ¡oh sí! esta palabra resuena dulcemente en el oído de mi alma, sólo deseo esta ciencia, por ella, habiendo dado todas mis riquezas, considero como la esposa de los cánticos sagrados no haber dado nada... Entiendo tanto que sólo el amor puede hacernos agradables al Buen Dios que este amor es el único bien al que aspiro. A Jesús le gusta mostrarme el único camino que lleva a este horno Divino, este camino es el abandono del niño que se duerme sin miedo en los brazos de su Padre... "Si alguno es pequeño, que venga a mí". » dijo el Espíritu Santo por boca de Salomón, y este mismo Espíritu de Amor volvió a decir que «La misericordia se concede a los pequeños». En su nombre el profeta Isaías nos revela que en el último día “el Señor llevará su rebaño a los pastos, recogerá a los corderitos y los apretará contra su seno”, y como si todas estas promesas no fueran suficientes, el mismo profeta cuya mirada inspirada ya se sumerge en las profundidades eternas clama en el nombre del Señor: "Como una madre acaricia a su hijo, así te consolaré, te llevaré en mi seno y te acariciaré en mis rodillas ." ¡Oh querida madrina! después de tal lenguaje no queda más que callar, llorar de gratitud y de amor ¡Ah! si todas las almas débiles e imperfectas sintieran lo que siente la más pequeña de todas las almas, el alma de tu pequeña Teresa, ni una sola desesperaría de llegar a la cumbre del monte del amor, ya que Jesús no pide grandes obras, sino sólo abandono y gratitud, ya que dijo en el Salmo XLIX: animales que pastan en los montes, conozco todas las aves de los montes... Si tuviera hambre, no os lo diría: porque la tierra y todo lo que contiene es mio ¿Debo comer carne de toros y beber sangre de cabras?...
                “Inmolad a Dios sacrificios de alabanza y acción de gracias”. Esto, pues, es todo lo que Jesús nos pide, no necesita de nuestras obras, sino sólo de nuestro amor, porque ese mismo Dios que declara que no necesita decirnos si tiene hambre, no tiene miedo de suplicar una poca agua de La Samaritaine. Tenía sed... Pero cuando dijo: "Dame de beber", era amor por su pobre criatura lo que reclamaba el Creador del universo. Tenía sed de amor... ¡Ah! Siento más que nunca que Jesús está alterado, encuentra sólo ingratos e indiferentes entre los discípulos del mundo, y entre sus propios discípulos encuentra, ¡ay! pocos corazones que se entreguen a él sin reservas, que comprendan toda la ternura de su Amor infinito.
                Querida hermana, qué felices somos de comprender los secretos íntimos de nuestro Esposo, ¡ah! si quisieras escribir todo lo que sabes al respecto, tendríamos hermosas páginas para leer pero lo sé, prefieres guardar "Los secretos del Rey" en tu corazón, a mí me dices "es honor publicar las obras del Más alta". Encuentro que haces bien en callarte y es sólo para complacerte que escribo estas líneas, porque siento mi impotencia para repetir con palabras terrenales los secretos del Cielo, y luego, después de haber dibujado páginas y páginas, encontraría que aún no he comenzado... Son tantos horizontes diversos, tantos matices infinitamente variados, que la paleta del Pintor Celestial podrá sola, después de la noche de esta vida, proporcionarme los colores capaces de pintar las maravillas que revela al ojo de mi alma.
                Mi Estimado Sr, me pidió que le escribiera mi sueño y “mi pequeña doctrina” como usted la llama... Lo hice en las siguientes páginas pero tan mal que le parece imposible de entender. Quizá encuentres mis expresiones exageradas... ¡Ah! perdóname, debe ser por mi estilo desagradable, te aseguro que no hay exageración en mi pequeña alma, que todo allí está tranquilo y descansado...
                (Mientras escribo, hablo con Jesús, me es más fácil expresar mis pensamientos... Lo cual, ¡ay!, no impide que estén muy mal expresados!)

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