JMJT
Jesús
Domingo 20 mayo 1894
Querida hermanita Thérèse,
¡Qué alegría me ha dado tu carta!... No puedo agradecer lo suficiente a Dios todas las gracias que derrama sobre ti.
Céline nos instruyó en los más mínimos detalles de la hermosa celebración del 6 de abril. ¡Cómo debió alegrarse aquel día nuestra pequeña Madre Celestial!... ¡Y mi tía de Le Mans, cómo se fijó en ti con amor su mirada!
Estoy muy feliz de que mi Santa Madre Teresa se haya hecho vuestra, me parece que es un lazo que nos une aún más estrechamente.
No puedo, querida hermanita, decirte todo lo que quisiera, mi corazón no puede traducir sus sentimientos íntimos con el lenguaje frío de la tierra... Pero un día en el Cielo, en nuestra Patria hermosa, te miraré, y en mi mirada verás todo lo que quisiera decirte, porque el silencio es el lenguaje de los felices habitantes del Cielo!...
Mientras tanto, debemos conquistar la Patria del Cielo... Debemos sufrir, debemos luchar... ¡Oh! Os suplico, orad por vuestra pequeña Teresita para que se beneficie del destierro de la tierra y de los medios abundantes que tiene para merecer el Cielo.
Céline nos habló de los resultados de vuestras elecciones, sufrí al veros dejar una Madre a la que amabais, pero me consolé pensando que quien la reemplaza es verdaderamente digno de su Santo Predecesor y estoy seguro de que ahora tenéis para guiaros hacia Jesús dos Madres que merecen este dulce nombre.
Te dejo, querida hermanita, sin alejarme jamás de ti en el corazón, y te ruego que ofrezcas mi respetuoso recuerdo a tus buenas Madres.
Sor Teresa del Niño Jesús, de la Santa Faz rel.carm.ind.
