Carmel
la correspondencia de teresa LT 158 – A Léonie – Marzo (?) 1894

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTIN Léonie, Hermana Françoise-Thérèse

01/03/1894

Marzo (?) 1894

JMJT

Jesús

                Mi querida Leonia,

                ¡No puedo decirte lo feliz que estoy de saber que fuiste aceptado por tomar el hábito!... Entiendo lo feliz que debes estar, y en gran parte comparto tu alegría.
                Querida hermanita, ¡qué bien ha recompensado el Buen Dios tus esfuerzos! Recuerdo lo que me dijiste en la sala de visitas antes de entrar en el arca sagrada. No te importaba ser siempre el último, tomar el hábito sin ceremonia... Sólo a Jesús buscabas y por Él renunciabas a todo consuelo. Pero como nuestro amado Padre nos repetía a menudo: "El Buen Dios nunca se deja superar en generosidad". Por eso Él no ha querido que te privaras de la felicidad de convertirte públicamente en su Esposa mientras espera que tú seas su Esposa. Me parece que los años de destierro que pasaste en el mundo sirvieron para adornar tu alma con un vestido precioso para el día de tu noviazgo. Los días tristes del invierno han sucedido para ti los días radiantes de la primavera y Jesús te dice como a la novia de los himnos: “Ya pasó el invierno, pasaron las lluvias, levántate, amada mía, paloma mía, y ven... Aquí Estoy a la puerta, ábreme hermana mía, amiga mía, que mi rostro está lleno de rocío y mi cabello las gotas de la noche. Por mucho tiempo suspiraste después de la visita de Jesús y le dijiste como a la novia: "¿Quién me permitirá, amado mío, encontrarte solo afuera para que pueda darte un beso y que en el futuro nadie te desprecie?" ¡a mí!..."
                He aquí por fin este día tan anhelado... Aún no habías encontrado, querida hermanita, a Jesús delante del mundo, pero después de haberlo buscado con tanto cuidado, aquí está por fin viniendo Él mismo a ti... Tú accediste encontrarlo solo afuera, pero Él quiere darte un beso delante de todos para que nadie ignore "que ha puesto su señal en tu frente y que nunca recibirás otro amante que Él".
                Mi querida Léonie, olvidé darte las gracias por la carta, por ahí debería haber comenzado, pero comprendes, ¿no?, que es la alegría que siento por tu gran felicidad lo único que me ha hecho cometer este descuido.
                Espero que pronto se concedan sus deseos y que su buen capellán se recupere pronto. Te suplico, mi querida hermanita, que ofrezcas mi respetuoso recuerdo a tu Buena y Venerable Madre. Estoy como tú muy feliz de que sea ella quien te dé el Santo Hábito...
                Los dejo permaneciendo unidos a ustedes en el Divino Corazón de Jesús.
                Tu indigna hermana pequeña

Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz rel.carm.ind.

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