JMJT
Jesús
En el Carmelo el 17 de noviembre de 93
Mi querida tía,
¡Qué dulce es para tu pequeña Thérèse venir todos los años a ofrecerte sus felicitaciones de cumpleaños!
Sin embargo, no tengo nada nuevo que decirte, sabes desde hace mucho tiempo cuánto te amo.
Querida tía, al repetírtelo no tengo miedo de aburrirte y he aquí la razón que me hace pensar así. Cuando estoy cerca del Sagrario sólo sé decirle una cosa a Nuestro Señor: "Dios mío, tú sabes que te amo". Y siento que mi oración no cansa a Jesús, sabiendo la impotencia de su pobre mujercita, se contenta con su buena voluntad. También sé muy bien que el Buen Dios ha derramado algo del amor con que su Corazón se desborda en el corazón de las madres... Y aquélla a quien me dirijo ha recibido el amor maternal en una medida tan grande que entonces temo sentirse incomprendido...
Además, mi impotencia no durará para siempre, en la Patria Celestial podré decirle a mi querida tía muchas cosas que no se pueden expresar con palabras humanas.
Mientras tanto, pido a Nuestro Señor que la deje en la tierra por mucho tiempo a ella que tan bien sabe trabajar para su gloria y quiero que vea a “los hijos de sus nietos”. Tal vez mi hermanita Juana sonría si leyera estas líneas, pero yo tengo mucha más confianza que ella y estoy esperando al "gran Santo y al gran Pontífice" seguido de un gran número de otros angelitos.
Mi querida tía, mañana haré la Sagrada Comunión para ti y también para la señora Fournet, a menudo pienso en ella y ruego a Nuestro Señor que te la conserve por mucho tiempo.
Te suplico, mi querida tía, que beses a mi buen tío por mí y le encargo a él ya mis hermanitas que te colmen de mis caricias más tiernas.
Tu pequeño Benjamín, que está orgulloso de su título.
Sor Teresa del Niño Jesús rel.carm.ind.
