Carmel
la correspondencia de teresa LT 151 – A Léonie – 5 de noviembre de 1893

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTIN Léonie, Hermana Françoise-Thérèse

05/11/1893

JMJT

Jesús

En el Carmelo el 5 de noviembre de 93

                Mi querida Leonia,

                Estoy muy feliz con tu felicidad, tus buenas letras son una verdadera alegría para mí. Puedo ver más allá de cualquier duda que estás donde Dios te quiere.
                ¡Qué bueno ha sido nuestro Señor con nuestra familia! No permitió que ningún mortal se convirtiera en esposo de ninguna de nosotras.
                Acabamos de escuchar un hermoso retiro que nos preparó para la fiesta de nuestra Santísima Madre. El buen Padre nos habló sobre todo de la unión con Jesús y de la belleza de nuestra vocación. Nos mostró todas las ventajas de la vida religiosa, especialmente de la vida contemplativa. Nos hizo una comparación que me encantó. "Mira", nos dijo, "los robles de nuestro campo están torcidos, empujan las ramas a la derecha, a la izquierda, nada los detiene, por lo que nunca alcanzan una gran altura. Por el contrario, fíjate en las encinas de los bosques, que se aprietan por todos lados, sólo ven el día desde arriba, por eso su tronco está desprovisto de todas esas ramas deformes, que le quitan la savia necesaria para que suba. . Sólo ve el Cielo, por lo que todas sus fuerzas se vuelven hacia ese lado, y pronto alcanza una altura prodigiosa. En la vida religiosa, el alma como el joven roble se encuentra presionada por todos lados por su gobernante, todos sus movimientos son obstaculizados, frustrados por los árboles del bosque... Pero tiene luz cuando mira al CIELO, allí sólo ella. puede descansar la vista, nunca de este lado debe temer subir demasiado. »
                Querida hermanita, creo que te estoy dando placer al hablarte de estas cosas, nuestra felicidad es hablar de los asuntos del alma, ¡sumergir nuestros corazones en el infinito!...
                Te pido perdón por enviarte cartas tan mal escritas, pero ya ves, querida hermanita, prefiero dejar que mi pluma corra bajo la impresión de mi corazón que convertir bien mis frases y enviarte una página de escritura.
                Ofrezca mi recuerdo respetuoso a la Señora Superiora.
                No me olvides, en tus oraciones, piensa en mí con Jesús tanto como yo pienso en ti.
                Te dejo, mi querida Leonia, permaneciendo unida a ti en el Corazón de nuestro divino Esposo.
                Tu indigna hermanita,

Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz rel.carm.ind.

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