Carmel
la correspondencia de teresa LT 140 – A la Madre Agnès de Jesús – 20 de febrero de 1893

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTÍN Paulina, Madre Inés de Jesús

20/02/1893

JMJT

Jesús

Febrero 20 1893

Mi querida madre,

¡Qué dulce es para mí poder darte este nombre!... Ya hacía mucho tiempo que eras mi Madre, pero fue en el secreto de mi corazón que di este dulce nombre a la que estaba al principio. al mismo tiempo mi ángel de la guarda y mi hermana; hoy el buen Dios te ha consagrado... eres verdaderamente mi Madre y lo serás por toda la eternidad... ¡Oh! que ce jour est beau pour votre enfant !... Le voile que Jésus a jeté sur cette journée la rend plus lumineuse encore à mes yeux, c'est le cachet de la face adorable, le parfum du bouquet mystérieux, qui est répandu sur vosotras. Indudablemente siempre será así, “aquel cuyo rostro estaba oculto”, aquel que aún está escondido en su pequeña hostia blanca y que sólo se comunica veladamente a las almas, sabrá contagiarse a lo largo de toda la vida del amado apóstol. de su Rostro divino un velo misterioso que sólo Él puede traspasar!...
Sí, el espíritu de Madre Genoveva reside enteramente en vosotros y su palabra profética se ha hecho realidad. A los treinta años comenzaste tu vida pública, ¿no fuiste tú quien dio a todos los Carmelos y a tantas almas piadosas el consuelo de tener el conmovedor y poético detalle de la vida de nuestra Santa?... Pero Jesús ya había echado su mirada velada sobre mi querida Madre, y Él no permitió que la reconociera, "porque su rostro estaba escondido"!...
Si este día ya es tan hermoso en la tierra, ¿qué no lo es en el Cielo? Me parece ver a nuestra querida Santa Madre, mirando feliz a su Paulina (la que amaba, la que la atraía), la ve convertirse a su vez en Madre, Madre de tantas vírgenes entre las cuales están sus Hermanas. Que misterio...
Ahora vais a entrar en el santuario de las almas, vais a derramar sobre ellas los tesoros de gracias con que Jesús os ha colmado. Sin duda sufriréis... Los jarrones serán demasiado pequeños para contener el perfume precioso que queréis depositar allí, pero el mismo Jesús también tiene muy pequeños instrumentos musicales para tocar su melodía de amor, pero sabe cómo usarlos. todos los que se le presentan. ¡Serás como Jesús!... Hermanita, Madre querida, mi propio corazón, el corazón de tu hijo, es una lira muy pequeña, cuando te canses de hacer vibrar las arpas, vendrás y tomarás tu lira y apenas lo hayas tocado, producirá los sonidos que deseas... al mero roce de tus dedos consagrados ENTENDERÁ, y su débil melodía se mezclará con el canto de tu corazón...
¡Oh Madre mía! cuantas cosas quisiera decirte... pero no, tu lo sabes todo... Un dia, cuando las sombras hayan pasado, descansare en tu corazon y repetire este dulce nombre
Mi madre

Volver a la lista