Carmel
la correspondencia de teresa LT 132 – A Celine – 20 de octubre de 1891

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTIN Céline, Hermana Genoveva de la Santa Faz

20/10/1891

JMJT

Jesús

En el Carmelo el 20 de octubre de 1891

                Mi querida Céline,

                Esta es la cuarta vez que vengo a desearte tu cumpleaños desde que estoy en el Carmelo...
                Me parece que estos cuatro años han fortalecido aún más los lazos que nos unían tan estrechamente. Cuanto más avanzamos en la vida, más amamos a Jesús, y como es en Él que nos apreciamos a nosotros mismos, por eso nuestro afecto se vuelve tan fuerte, que es más Unidad que unión lo que existe entre nuestras dos almas!... Céline, ¿Qué tengo que decirte, no lo sabes todo?... Sí, pero quiero decirte por qué las Célines florecieron a principios de este año. Jesús me lo hizo sentir esta mañana para vuestra fiesta. Seguramente habrás notado que el invierno nunca ha sido tan duro como el año pasado, por lo tanto todas las flores se han retrasado en su floración, era bastante natural y nadie pensó en sorprenderse. . Pero hay una florecita misteriosa que Jesús se reservó para instruir nuestras almas. Esta flor es la flor de Céline... a diferencia de las otras, floreció un mes antes de la época de su floración... Céline, ¿entiendes el lenguaje de mi querida florecita... la flor de mi infancia... la flor de los recuerdos?!!!... La escarcha, la dureza del invierno en lugar de retrasarla, la hizo crecer y florecer... Nadie le hizo caso, esta flor es tan pequeña, tan tenue... solo las abejas conoce los tesoros contenidos en su misterioso cáliz, compuesto por una multitud de pequeños cálices, cada uno tan rico como el otro... Teresa como las abejas ha comprendido este misterio. El invierno es sufrimiento, sufrimiento incomprendido, incomprendido, considerado inútil a los ojos profanos, pero fecundo y poderoso a los ojos de Jesús y de los Ángeles que, como abejas vigilantes, saben recoger la miel contenida en los misteriosos y múltiples cálices que representan a las almas. o más bien los hijos de la florecita virginal... Céline, necesitaría volúmenes para escribir todo lo que pienso de mi florecita... para mí ella es tanto la imagen de tu alma, sí Jesús hizo pasar las heladas sobre ella en lugar del sol abrasador de sus consuelos, pero se produjo el efecto esperado por Él; la plantita creció y floreció casi de repente... Céline, cuando una flor ha florecido, todo lo que queda es recogerla, pero ¿cuándo y cómo recogerá Jesús su florecita?... ¿Puede -quizás el color rosa de su corola indica tal que será a través del martirio!... sí siento renacer mis deseos, quizás Jesús estará dispuesto, después de habernos pedido, por decirlo así, Amor por amor, volver a pedirnos sangre por sangre y vida por vida... Mientras tanto, debemos dejar que las abejas saquen toda la miel de los cálices, no guardar nada, darlo todo a Jesús y entonces diremos, como la flor en la tarde de nuestra vida: "La tarde es noche". Entonces todo habrá terminado... Y a las heladas seguirán los suaves rayos del Sol, a las lágrimas de Jesús las eternas sonrisas...
                ¡Ay! ¡no nos neguemos a llorar con él por un día ya que disfrutaremos de su gloria por una eternidad!...
                ¡Pequeña flor querida, comprendes a tu Teresa!...

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