Carmel
la correspondencia de teresa LT 127 – A Celine – 26 de abril de 1891

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTIN Céline, Hermana Genoveva de la Santa Faz

26/04/1891

JMJT

Jesús

En el Carmelo el 26 de abril de 91

                Mi querida Céline,

                Por cuarta vez es de la soledad del Carmelo que tu Thérèse viene a desearte tu cumpleaños... Vaya ! como estos deseos se parecen poco a los del mundo... No es salud, felicidad, fortuna, gloria, etc., lo que Thérèse desea para su Céline, ¡oh no! ¡eso no es todo!... Nuestros pensamientos no están en la tierra del exilio, nuestro corazón está donde está nuestro tesoro, y nuestro tesoro está allá arriba en el país donde Jesús está preparando un lugar para nosotros cerca de él. Digo un lugar y no lugares, porque sin duda el mismo trono está reservado para aquellos que en la tierra nunca han sido sino una sola alma... Juntos crecimos, juntos Jesús nos enseñó sus secretos, sublimes secretos que esconde a los poderosos y revela a los pequeños, juntos de nuevo sufrimos en Roma, nuestros corazones estaban entonces íntimamente unidos, y la vida en la tierra hubiera sido el ideal de felicidad si Jesús no hubiera venido otra vez para estrechar nuestros lazos, sí al separarnos nos unió de una manera hasta ahora desconocida para mi alma, porque desde ese momento no puedo desear nada para mí solo sino solo para nosotros dos.. . ¡Ah! Céline!... Hace tres años nuestra alma aún no se había roto, la felicidad aún era posible para nosotros en la tierra, pero Jesús nos envió una mirada de amor, una mirada velada en lágrimas, y esta mirada se convirtió para nosotros en un océano de sufrimiento, pero también en un océano de gracias y amor. Él nos quitó a la que amábamos con tanta ternura, de una manera aún más dolorosa de lo que nos había quitado a nuestra querida madre en la primavera de nuestra vida, pero ¿no es para que podamos decir verdaderamente: "Padre nuestro que arte en el cielo". Oh ! qué consoladora es esta palabra, qué horizonte infinito abre a nuestros ojos... Céline, la tierra extranjera no tiene para nosotros más que plantas silvestres y espinas, pero no es esa la parte que le dio a nuestro divino esposo, ¡oh! qué hermosa es también para nosotros, esta parte que es nuestra, y ¿quién nos dirá lo que nos tiene reservado la eternidad?... Céline chérie, toi qui me faisais tant de questions quand nous étions petites, je me demande comment il se fait que tu ne m'aies jamais fait celle-ci : «Mais pourquoi le bon Dieu ne m'a-t-il pas créée ¿un ángel?" ¡Ay! Céline, te voy a decir lo que pienso, si Jesús no creó un ángel para ti en el cielo, es porque quiere que seas un ángel en la tierra, sí, Jesús quiere tener su corte aquí abajo, celestial como ¡allí arriba! Quiere ángeles-mártires, quiere ángeles-apóstoles, y creó una pequeña flor desconocida llamada Céline para ese propósito. Quiere a su florecita para salvarle las almas, solo quiere una cosa para eso, que su flor lo mire mientras sufre su martirio...

                Céline querida, no me culpes si te dijera que allá arriba tendríamos el mismo lugar, porque verás que creo que una pobre margarita puede crecer en la misma tierra que un hermoso lirio brillante de blancura, o incluso un ¡La pequeña perla se puede colocar junto a un diamante y tomar prestada su brillantez!...

                Oh ! ¡Céline, amemos a Jesús hasta el infinito y hagamos uno de nuestros dos corazones para que Él sea más grande en el amor!...
                Céline, contigo nunca terminaré, ¡entiende todo lo que me gustaría decirte por tus 22 años!...
                Tu hermanita que es una contigo...
                (Sabes que nosotros dos tenemos 40 años ahora, no es de extrañar que ya hayamos experimentado tanto, ¿qué piensas?)

Teresa del Niño Jesús, de la Santa Faz nov.carm.ind.

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