Carmel
la correspondencia de teresa LT 120 – A Celine – 23 de septiembre de 1890

DE  
MARTIN Thérèse, Sor Teresa del Niño Jesús
À 
MARTIN Céline, Hermana Genoveva de la Santa Faz

23/09/1890

23 septiembre 1890

JMJT

Jesús

                Oh ! Céline, ¿cómo puedo decirte lo que está pasando en mi alma?... ¡Está desgarrada pero siento que esta herida es hecha por una mano amiga, por una mano divinamente celosa!...
                Todo estaba listo para mi boda, pero ¿no crees que faltaba algo en la fiesta? Es cierto que Jesús ya había puesto muchas joyas en mi cesta, pero sin duda faltaba una de incomparable belleza y este precioso diamante Jesús me lo ha regalado hoy... Céline... cuando lo recibió se me han saltado las lágrimas... todavía fluyen y casi me culparía por ellos si no supiera "Que hay un amor del que las lágrimas son la única prenda". Fue Jesús solo quien dirigió este asunto, fue Él, y reconocí su toque de amor...
                Sabes cuánto deseaba volver a ver a nuestro querido Padre esta mañana, ¡bien! ahora veo claramente que la voluntad del buen Dios es que él no esté allí; Él permitió esto simplemente para probar nuestro amor... Jesús quiere que yo quede huérfano, quiere que esté solo con Él solo para unirse más íntimamente a mí y también quiere devolverme en la Patria las alegrías. ¡Tan legítimo que Él me rechazó en el exilio!... Céline, consuélate, nuestro esposo es un esposo de lágrimas y no de sonrisas, démosle nuestras lágrimas para consolarlo, y un día estas lágrimas se convertirán en sonrisas de un ¡dulzura inefable!...
                Céline, no sé si vas a entender mi carta, apenas puedo sostener mi pluma... y luego otro te daría muchas explicaciones de la sala de mi tío, pero tu Thérèse solo sabe hablar con tú la lengua del Cielo. . ¡Céline, comprende a tu Thérèse!...
                El calvario de hoy es un dolor difícil de comprender, vemos una alegría que se nos ofrece, es posible, natural, tendemos la mano... y no podemos asir este consuelo tan anhelado... pero Céline, cómo ¡Misterio es todo esto!... No tenemos asilo aquí abajo, o por lo menos podéis decir como la Santísima Virgen: "¡Qué asilo!" sí, qué asilo... pero no fue una mano humana la que hizo eso, fue Jesús, ¡fue su "mirada velada" la que cayó sobre nosotros!... Recibí una carta del Padre Exiliado y he aquí un pasaje : "¡Oh! mi aleluya está empapado en lágrimas. Ninguno de tus padres estará allí para ofrecerte a Jesús. Mucho tenéis que quejaros aquí abajo, cuando allá arriba os felicitan los ángeles y os envidian los santos. Es tu corona de espinas lo que los pone celosos. Ama, pues, estas inyecciones como otras tantas muestras de amor de tu divino Esposo”.
                Céline, aceptemos de corazón la espina que Jesús nos presenta, la fiesta de mañana será para nosotros una fiesta de lágrimas, ¡pero siento que Jesús se consolará tanto!... Me gustaría contarte mucho al respecto, pero faltan las palabras!... Me han pedido que te escriba para consolarte, pero sin duda me he absuelto muy mal... ¡Ah!... si pudiera comunicarte la paz que Jesús ha puesto en mi alma a lo mas fuerte con mis lagrimas, esto es lo que le pido por ti que eres yo!...
                ¡Céline!... Las sombras declinan y la figura de este mundo pasa, pronto, sí pronto veremos el rostro desconocido y amado que nos deleita con sus lágrimas

Sor Teresa del Niño Jesús, de la Santa Faz rel.carm.ind.

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